Cuando somos jovenes nos parece que todo lo que nos digan nuestros abuelos o padres es un rollo, por aquello de ser rebelde y tal. Nos recomiendan algo y piensas que seguro que a ti no te va a gustar por que es del pasado, pero ahora me lo planteo con mis futuros hijos, y pienso que realmente sería una pena que se perdiesen toda la tradición de animación tradicional que existe y que nos alegro en tantos momentos.
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